domingo, 11 de marzo de 2012

Por las noches, en Madrid, hace frío, como en su interior. Por que ella vive en un invierno perpetuo. Un invierno que congeló con escurridizos susurros de viento gélido su corazón. Adormeciendo las válvulas y manchando de escarcha las articulaciones. Un invierno perpetuo que no bombea nada más que sangre. 
Lo intenta, con todas sus fuerzas, pero no puede. Supongo que su metabolismo no esta hecho para digerir las complicadas fórmulas y aleaciones propias de la naturaleza más humana. No las llega a comprender, y las desecha; por donde llegan, se van sin apenas dejar poso. Aunque lo intente. 

Si es que, ya lo dijo el médico, al nacer. Le cogió por los pies, le miró a los ojos y dijo: "Aquí falta algo. Sobrevivirá, sí. Pero tendrá que asumir, durante toda su vida, que está emocionalmente mal hecha." 



(Cimentiere du Pere Lachaise, Paris)





Querer, conseguir, estrenar, gastar, enterrar. 
Y otra vez, querer, conseguir, ... 
enterrar.  Y otra vez,...


O simplemente bailar, y se acabó.




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