y una grávida gota..."
[Primera parte, Prólogo de Zarathustra, capítulo IV]
"El hombre es una cuerda sobre un abismo.
Un peligroso ir más allá, un peligroso detenerse, un peligroso volver atrás, un vacilar peligroso y un peligroso estar de pie.
Lo más grande del hombre es que es un puente y no una meta. Lo que debemos amar en el hombre es que consiste en un TRÁNSITO y un OCASO. (Übergehen)
[Primera parte, Prólogo de Zarathustra, capítulo IV]
"El hombre es una cuerda sobre un abismo.
Un peligroso ir más allá, un peligroso detenerse, un peligroso volver atrás, un vacilar peligroso y un peligroso estar de pie.
Lo más grande del hombre es que es un puente y no una meta. Lo que debemos amar en el hombre es que consiste en un TRÁNSITO y un OCASO. (Übergehen)
[...]
Yo amo aquellos cuyas almas son tan profundas, aun cuando se la hiere, que sucumben al menor golpe; porque esos atravesarán el puente.
Yo amo a aquellos cuyas almas están tan repletas que se desbordan, y se olvidan de sí mismo, y todas las cosas están en sus almas, porque todas las cosas les empujarán hacía el abismo.
YO AMO A QUIENES POSEEN UN CORAZÓN LIBRE Y UN ESPÍRITU LIBRE, DE MODO QUE SU CABEZA NO ES SINO LAS ENTRAÑAS DE SU CORAZÓN, PUES TAL CORAZÓN LES LLEVARÁ AL OCASO.
Yo amo a quienes son como esa gotas grávidas, que caen, una tras otra, suspendiéndose sobre los hombres desde esas oscuras nubes: son heraldos del rayo, y, luego, como augures, como mensajeros, desaparecen."
(Así habló Zarathustra, Filósofo alemán Friedrich Nietzsche)
Yo amo aquellos cuyas almas son tan profundas, aun cuando se la hiere, que sucumben al menor golpe; porque esos atravesarán el puente.
Yo amo a aquellos cuyas almas están tan repletas que se desbordan, y se olvidan de sí mismo, y todas las cosas están en sus almas, porque todas las cosas les empujarán hacía el abismo.
YO AMO A QUIENES POSEEN UN CORAZÓN LIBRE Y UN ESPÍRITU LIBRE, DE MODO QUE SU CABEZA NO ES SINO LAS ENTRAÑAS DE SU CORAZÓN, PUES TAL CORAZÓN LES LLEVARÁ AL OCASO.
Yo amo a quienes son como esa gotas grávidas, que caen, una tras otra, suspendiéndose sobre los hombres desde esas oscuras nubes: son heraldos del rayo, y, luego, como augures, como mensajeros, desaparecen."
(Así habló Zarathustra, Filósofo alemán Friedrich Nietzsche)

No hay comentarios:
Publicar un comentario